martes, 9 de marzo de 2010

El archipiélago de Fernando de Noronha











Esta noche me he dormido ensimismada en "Amanecer ", parte de la saga Crepúsculo a la que estoy enganchadísima.

Me he quedado prendada de la maravillosa y mágica isla en la que Bella y Edward vivían su luna de miel.

Esta era una Isla, cerca de Brasil , Isla Esme, isla que se había regalado en un acto absoluto de amor y transmitía una paz inacabable.

Y buscando en internet islas de Brasil, aunque no soy muy fan de las Islas en general (y vivo en una ;)-toma dos tazas!) , he encontrado esta maravilla: El archipiélago de Fernando de Noronha.


Ubicadas a 360 kilómetros de la costa nordeste de Brasil y rodeadas por la inmensidad del océano Atlántico se encuentran estas veintiuna islas de apenas 26 kilómetros cuadrados de superficie total, declaradas por la UNESCO Patrimonio Mundial Natural en el año 2001.



Además es una isla muy restringida a los turistas, sólamente una de ellas, está habitada, la que se nombra cómo el Archipiélago. Y una curiosidad, sólo aquellos que se casen con alguno de los poco más de tres mil habitantes autóctonos del archipiélago, pueden residir de manera permanente en Fernando de Noronha.

Quiénes serán sus habitantes? Quienes aquellos que comparten sus vidas? Me encantaría conocer alguna de esas historias.

La Isla tiene además una historia, fue convertida en un presidio (1938) en el que los condenados vivían totalmente aislados del resto del mundo, y su utilización como base de apoyo de la Armada de Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial.


Es una isla muy conocida para practicar snorkel y buceo, abundan especies diversas de tortugas y peces.


La gran mayoría de visitantes se aloja en las llamadas posadas domiciliares, antiguas casas de pescadores y habitantes de la isla, reformadas para acoger a los turistas con comodidades mínimas y sencillas en muchos casos pero suficientes.



Ahora sólo me queda apagar el móvil, caminar descalza por la orilla, puedo sentir la arena templada bajo mis pies, puedo oler a limón y sal, puedo dejar mi mente en blanco y olvidarme de todo,...de todo excepto de la otra mitad de esta luna de miel.

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